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Reducir esos depósitos de grasa que no hemos logrado eliminar con dietas estrictas ni pasando largas horas en el gimnasio parece un sueño imposible de cumplir; mucha gente opina que es imposible deshacerse de la grasa localizada, sin embargo el avance tecnológico nos ha regalado un método altamente eficaz en el tensado de la piel. Este método se llama Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad o HIFU, por sus siglas en inglés (High Intensity Focused Ultrasound).
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HIFU es un procedimiento no quirúrgico que echa mano de la tecnología con aplicaciones médico-estéticas para eliminar la grasa localizada y la flacidez corporal. El HIFU utiliza la energía del ultrasonido aplicando calor en las zonas a tratar, donde se pueden alcanzar los 70° C con los que destruyen los depósitos adiposos cuando las ondas penetran los tejidos, sin causar daño a la piel.
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El HIFU no es nuevo y no sólo se utiliza para el área estética, también permite la destrucción de células cancerosas sin causar daño a los tejidos sanos, pues alcanza una precisión milimétrica.
¿Cómo funciona HIFU?
El HIFU funciona mediante la aplicación de calor focalizado permite generar una contracción inmediata de la piel, así como la regeneración del colágeno y la elasticidad, ya que actúa a nivel de la epidermis y la dermis profunda, es decir que no sólo obtenemos una reducción de la grasa localizada, sino un rejuvenecimiento del área tratada.
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El efecto térmico de las ondas HIFU pueden alcanzar los 70°C, un nivel superior a los de la Radiofrecuencia, que va de 45 a 50°C, así como una profundidad de hasta 4,5 mm a diferencia de la radiofrecuencia que alcanza sólo 3 mm.
HIFU es un tratamiento seguro, con un perfil bajo de toxicidad que puede aplicarse en cualquier fototipo, sin el peligro de dejar lesiones en la piel, por lo que es apto para utilizarse en cualquier época del año.
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Los resultados de la aplicación del HIFU pueden ser permanentes siempre y cuando se mantenga una dieta adecuada y se realicen actividades físicas para mantener el peso ideal.
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